El camino seguro al desarrollo nacional es el de la educación de calidad para todos. La educación es la liberación de la mente que se encuentra en la miseria de la ignorancia, liberación con la que desaparecen los límites impuestos por la sociedad y por las precariedades materiales. Lo tristemente curioso consiste en que aunque sabemos esta verdad incontrovertida, nuestro país en el día de hoy se encuentra en los últimos lugares de calidad educativa. Nuestros estudiantes saben menos gramática y matemáticas que casi todos los países del continente.
El sistema educativo dominicano sufre de una centralización atrofiada que hiere cualquier esfuerzo por mejorar la educación nacional. Esta centralización disfuncional no ha sido resuelta porque desmontarla significaría tumbar de un solo golpe una estructura politiquera que sirve de apoyo al gobernante de turno. No es un problema de nuestros secretarios de educación, los cuales han sido a grandes rasgos mujeres y hombres con conocimiento de la materia y con algún indicio de vocación de servicio. El problema es más que ellos, es estructural.
Para romper esta paralización del desarrollo intelectual de los dominicanos, que sólo produce más pobreza, miseria y desesperanza; y por tanto corrupción y criminalidad, debemos dar un golpe de efecto mediante la apertura a la participación de toda la sociedad en el esfuerzo educativo. Hemos visto como los planteles públicos dirigidos por organizaciones sin fines de lucro, han podido superar la calidad del estudiante con la misma asignación de fondos públicos. Esto se debe en parte a que en dichos planteles influye mucho menos la politiquería y cuando un profesor no cumple adecuadamente su obligación no puede seguir impartiendo clases, independientemente de su tendencia partidista. Debemos darle seguridad a esas y nuevas entidades, para que cumpliendo requisitos, continúen dedicándose a la enseñanza sin temor que ministro alguno le “desplace” en la dirección de dicho plantel.
Debemos facilitar al sector privado la instalación y operación de colegios, con exenciones fiscales y participación corporativa del área, logrando así centros privados de educación de la más alta calidad al más bajo costo y por lo tanto de amplio acceso social.
Para asegurar el mejoramiento de la calidad de los maestros, debemos implementar un sistema de bonificación por desempeño. En donde maestros cuyos estudiantes resulten con notas sobresalientes en exámenes estandarizados, sean compensados con beneficios económicos, ya que habrán demostrado haberse preocupado por trabajar en su propia preparación aprovechando los cursos facilitados por el Estado.
Creo que iniciativas como ésas, las cuales siempre pueden ser mejoradas, producirían un vuelco de sectores que quieren hoy aportar y no saben cómo, aumentando exponencialmente la presencia de centros educativos de calidad, a la vez que logra resolver problemas administrativos a la cartera de educación del Estado.
Si queremos tener un país desarrollado, debemos apostar a la gente e invertir en ella. Invirtiendo en la verdadera materia prima dominicana, su gente, podremos producir bienes y servicios para sobrevivir y exportar. Evitemos que la politiquería mantenga rehenes a nuestros niños, decidamos brindarles la educación que necesitamos.
El sistema educativo dominicano sufre de una centralización atrofiada que hiere cualquier esfuerzo por mejorar la educación nacional. Esta centralización disfuncional no ha sido resuelta porque desmontarla significaría tumbar de un solo golpe una estructura politiquera que sirve de apoyo al gobernante de turno. No es un problema de nuestros secretarios de educación, los cuales han sido a grandes rasgos mujeres y hombres con conocimiento de la materia y con algún indicio de vocación de servicio. El problema es más que ellos, es estructural.
Para romper esta paralización del desarrollo intelectual de los dominicanos, que sólo produce más pobreza, miseria y desesperanza; y por tanto corrupción y criminalidad, debemos dar un golpe de efecto mediante la apertura a la participación de toda la sociedad en el esfuerzo educativo. Hemos visto como los planteles públicos dirigidos por organizaciones sin fines de lucro, han podido superar la calidad del estudiante con la misma asignación de fondos públicos. Esto se debe en parte a que en dichos planteles influye mucho menos la politiquería y cuando un profesor no cumple adecuadamente su obligación no puede seguir impartiendo clases, independientemente de su tendencia partidista. Debemos darle seguridad a esas y nuevas entidades, para que cumpliendo requisitos, continúen dedicándose a la enseñanza sin temor que ministro alguno le “desplace” en la dirección de dicho plantel.
Debemos facilitar al sector privado la instalación y operación de colegios, con exenciones fiscales y participación corporativa del área, logrando así centros privados de educación de la más alta calidad al más bajo costo y por lo tanto de amplio acceso social.
Para asegurar el mejoramiento de la calidad de los maestros, debemos implementar un sistema de bonificación por desempeño. En donde maestros cuyos estudiantes resulten con notas sobresalientes en exámenes estandarizados, sean compensados con beneficios económicos, ya que habrán demostrado haberse preocupado por trabajar en su propia preparación aprovechando los cursos facilitados por el Estado.
Creo que iniciativas como ésas, las cuales siempre pueden ser mejoradas, producirían un vuelco de sectores que quieren hoy aportar y no saben cómo, aumentando exponencialmente la presencia de centros educativos de calidad, a la vez que logra resolver problemas administrativos a la cartera de educación del Estado.
Si queremos tener un país desarrollado, debemos apostar a la gente e invertir en ella. Invirtiendo en la verdadera materia prima dominicana, su gente, podremos producir bienes y servicios para sobrevivir y exportar. Evitemos que la politiquería mantenga rehenes a nuestros niños, decidamos brindarles la educación que necesitamos.
Luis Miguel De Camps
YO ESTOY VIVIENDO EN EL EXILIO POR PROMOVER LA EDUCACION DE COLIDAD UNIVERSAL PARA LOS MAS JODIDOS DEL PUEBLO, LA MAYORIA.
ResponderEliminarLA MINORIA ME YAMARON PROMOTOR DE LA INGERENCIA EXTRANGERA, VIVO COMO EXILIADO POLITICO EN ESPAÑA,QUE LES DIGO, YO SOY EL ARTESANO QUE HIZO EL BUY QUE HATUEY DE CAMPS TIENE DETRAS EN SU OFICINA SE LO HESE POR MEDIO A FELIPA GOPMEZ, SUERTE MIGUEL ESTAMOS AKA HACIENDO ARTERSANIA PA SOBREVIVIR.
Muy buen articulo. Creo que debe ser publicado en la prensa nacional...
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